La fiebre que se vive en la Sultana del Norte, producto de su equipo Sultanes, rebasó los límites al registrarse ayer una entrada superior a los 30 mil aficionados en el Estadio de Beisbol Monterrey.
El estadio más grande de Latinoamérica ha registrado en la Temporada 2006 de la Liga Mexicana de Verano, más de un millón 100 mil seguidores, sólo que el día de ayer fue una noche de gatos negros, al ver cómo el equipo dejó ir el triunfo.
Artistas, entrenadores, deportistas, políticos, público en general, hasta las barras de los equipos Tigres del Universitario de Nuevo León y Rayados de Monterrey, le dieron ese toque que propicia una serie final.
El ambiente fue atractivo, en la ciudad de Monterrey no se habla más que de beisbol; todos y cada uno de los asistentes al moderno estadio, vivieron intensamente el segundo juego de la Gran Final.
En venganza por lo ocurrido el martes por la noche, cuando Sultanes le sacó el juego a Leones de Yucatán, ayer miércoles los melenudos cobraron la deuda y ganaron 12-8, resultado que deja un sabor agridulce a los aficionados.
La razón, el juego de anoche, bien puede ser el último de la campaña. A reserva que Sultanes logre ganar cuando menos un duelo en la "Blanca" Mérida.
El sabor en la ceremonia de apertura fue puesto por el comediante y conductor regiomontano Adal Ramones, invitado a lanzar la primera bola; lo acompañaron Ismael "Rocket" Valdés, y varios jugadores de los equipos profesionales de futbol.
En las atestadas tribunas, Tatiana, La Reina de los Niños, su hermano Juan Ramón y por si fuera poco Salvador "El Piojo" Herrera.
Todos observaron cómo Salvador Arellano, lanzador de Leones, maniataba el poderoso line up sultán, mientras que a su antagonista Walter Silva, se le vino el mundo encima.
Durante el desarrollo del encuentro, los entusiastas seguidores del cuadro sultán, unos conocedores y otros atraídos por las promociones de la directiva, se paseaban por los pasillos en busca del alimento para saciar el hambre: hot-dog, hamburguesas, nachos, churros y demás golosinas, así como cervezas y refrescos.
La escandalera arreció cuando Édgar Quintero depositó la pelota atrás de la barda del prado derecho, posteriormente Mendy López lo imitaba en lo que la reacción del equipo de casa, un tanto tardía que solo hizo despertar falsas esperanzas.
El estadio más grande de Latinoamérica ha registrado en la Temporada 2006 de la Liga Mexicana de Verano, más de un millón 100 mil seguidores, sólo que el día de ayer fue una noche de gatos negros, al ver cómo el equipo dejó ir el triunfo.
Artistas, entrenadores, deportistas, políticos, público en general, hasta las barras de los equipos Tigres del Universitario de Nuevo León y Rayados de Monterrey, le dieron ese toque que propicia una serie final.
El ambiente fue atractivo, en la ciudad de Monterrey no se habla más que de beisbol; todos y cada uno de los asistentes al moderno estadio, vivieron intensamente el segundo juego de la Gran Final.
En venganza por lo ocurrido el martes por la noche, cuando Sultanes le sacó el juego a Leones de Yucatán, ayer miércoles los melenudos cobraron la deuda y ganaron 12-8, resultado que deja un sabor agridulce a los aficionados.
La razón, el juego de anoche, bien puede ser el último de la campaña. A reserva que Sultanes logre ganar cuando menos un duelo en la "Blanca" Mérida.
El sabor en la ceremonia de apertura fue puesto por el comediante y conductor regiomontano Adal Ramones, invitado a lanzar la primera bola; lo acompañaron Ismael "Rocket" Valdés, y varios jugadores de los equipos profesionales de futbol.
En las atestadas tribunas, Tatiana, La Reina de los Niños, su hermano Juan Ramón y por si fuera poco Salvador "El Piojo" Herrera.
Todos observaron cómo Salvador Arellano, lanzador de Leones, maniataba el poderoso line up sultán, mientras que a su antagonista Walter Silva, se le vino el mundo encima.
Durante el desarrollo del encuentro, los entusiastas seguidores del cuadro sultán, unos conocedores y otros atraídos por las promociones de la directiva, se paseaban por los pasillos en busca del alimento para saciar el hambre: hot-dog, hamburguesas, nachos, churros y demás golosinas, así como cervezas y refrescos.
La escandalera arreció cuando Édgar Quintero depositó la pelota atrás de la barda del prado derecho, posteriormente Mendy López lo imitaba en lo que la reacción del equipo de casa, un tanto tardía que solo hizo despertar falsas esperanzas.
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