El club catalán brindó ayer una velada inolvidable, con categoría y técnica sobre la cancha, y goleó 3-0 a Tigres con un tanto magistral del astro brasileño y otro espectacular del islandés Eidur Gudjonhsen.
El partido, que marcó el festejo por el centenario de la empresa Cemex, no tuvo el ritmo de un duelo oficial, pero bastaron los destellos de calidad de los blaugranas para dejar en claro por qué son el mejor equipo del mundo, y para pasar por encima de un entregado cuadro felino.
Las figuras del campeón de Europa se plantaron con presencia sobre el terreno de juego, y haciendo honor a su linaje dejaron satisfechos a los 43 mil aficionados que asistieron al festejo, despertando el aplauso al final entre una lluvia de juegos pirotécnicos.
Ronaldinho, el mayor atractivo de la noche, entró de cambio en el segundo tiempo y causó furor al concretar el 2-0 al minuto 76' en un cobro impecable de tiro libre que dejó de rodillas al arquero felino Edgar Hernández.
Fue el propio carioca quien orquestó el 3-0, cuando al 78' filtró exacto para Gudy, quien batió de tremendo zurdazo a primer palo la cabaña felina. El 1-0 había sido obra de un autogol de Sindey Balderas, en un error defensivo a los siete minutos de iniciado el partido.
Quienes asistieron al duelo tendrán la seguridad que formaron parte de un acontecimiento histórico para el futbol local, quizá el más glamoroso en la historia del estadio Universitario.
Juntos, en la cancha, la categoría del estelar mexicano Rafael Márquez y la picardía del regio Giovanni Dos Santos, con la explosividad del camerunés Samuel Eto'o y el liderazgo del español Carles Puyol.
Por Tigres brillaron el ecuatoriano Luis Saritama, quien derrochó entrega por todo el terreno, y el volante Mario Méndez, participativo y líder con la zaga. Rolando Zárate, refuerzo recién traído de Vélez, dio muestras de que puede aportar mucho al ataque auriazul, ya más acoplado a sus compañeros.
Los felinos tuvieron la oportunidad de emparejar el marcador cuando estaba 1-0, ya que Jordi le cometió un claro penal a Saritamaal jalarlo en el área, pero el ecuatoriano erró el cobro al minuto 18', dejando la oportunidad en las manos del portero Víctor Valdez.
La zaga felina hizo lo posible por frenar los arribos rivales, pero tuvo que recurrir a las faltas ante el engranaje del cuadro de Frakn Rijkaard.
Previo a la entrada de Dinho, el regio Giovanni fue el encargado de acaparar los reflectores del encuentro, y en un par de ocasiones logró destroncar con su talento la zaga auriazul, siempre con la aprobación del público en la tribuna.
Tigres, incluso, pese a la goleada, no dejó mal sabor de boca, ya que logró plantarse en varias ocasiones frente al marco español, pero la mala puntería y las intervenciones defensivas le impidieron reflejarse en el marcador.
Quizá lo único que empañó la noche fue el divorcio que vive el atacante Chamagol con la afición felina, ya que cuando el jugador entró de cambio se llevó el abucheo de la gente, lo mismo cada vez que tocó el balón.
El resultado pone de manifiesto, por un lado que Barcelona es de un nivel muy superior al del futbol mexicano, y por otro, que Tigres está lejos de estar listo para el arranque del torneo, ya que logró sólo un triunfo en ocho juegos de pretemporada. Pero eso ayer quedó de lado.
El silbatazo al final de Armando Archundia dio paso a la entrega del trofeo conmemorativo en disputa, y a una tremenda ovación que fue acompañada por incontables flashazos en la tribuna, que despedía así al Barsa, a quien adoptó por tres días como huésped distinguido.
El partido, que marcó el festejo por el centenario de la empresa Cemex, no tuvo el ritmo de un duelo oficial, pero bastaron los destellos de calidad de los blaugranas para dejar en claro por qué son el mejor equipo del mundo, y para pasar por encima de un entregado cuadro felino.
Las figuras del campeón de Europa se plantaron con presencia sobre el terreno de juego, y haciendo honor a su linaje dejaron satisfechos a los 43 mil aficionados que asistieron al festejo, despertando el aplauso al final entre una lluvia de juegos pirotécnicos.
Ronaldinho, el mayor atractivo de la noche, entró de cambio en el segundo tiempo y causó furor al concretar el 2-0 al minuto 76' en un cobro impecable de tiro libre que dejó de rodillas al arquero felino Edgar Hernández.
Fue el propio carioca quien orquestó el 3-0, cuando al 78' filtró exacto para Gudy, quien batió de tremendo zurdazo a primer palo la cabaña felina. El 1-0 había sido obra de un autogol de Sindey Balderas, en un error defensivo a los siete minutos de iniciado el partido.
Quienes asistieron al duelo tendrán la seguridad que formaron parte de un acontecimiento histórico para el futbol local, quizá el más glamoroso en la historia del estadio Universitario.
Juntos, en la cancha, la categoría del estelar mexicano Rafael Márquez y la picardía del regio Giovanni Dos Santos, con la explosividad del camerunés Samuel Eto'o y el liderazgo del español Carles Puyol.
Por Tigres brillaron el ecuatoriano Luis Saritama, quien derrochó entrega por todo el terreno, y el volante Mario Méndez, participativo y líder con la zaga. Rolando Zárate, refuerzo recién traído de Vélez, dio muestras de que puede aportar mucho al ataque auriazul, ya más acoplado a sus compañeros.
Los felinos tuvieron la oportunidad de emparejar el marcador cuando estaba 1-0, ya que Jordi le cometió un claro penal a Saritamaal jalarlo en el área, pero el ecuatoriano erró el cobro al minuto 18', dejando la oportunidad en las manos del portero Víctor Valdez.
La zaga felina hizo lo posible por frenar los arribos rivales, pero tuvo que recurrir a las faltas ante el engranaje del cuadro de Frakn Rijkaard.
Previo a la entrada de Dinho, el regio Giovanni fue el encargado de acaparar los reflectores del encuentro, y en un par de ocasiones logró destroncar con su talento la zaga auriazul, siempre con la aprobación del público en la tribuna.
Tigres, incluso, pese a la goleada, no dejó mal sabor de boca, ya que logró plantarse en varias ocasiones frente al marco español, pero la mala puntería y las intervenciones defensivas le impidieron reflejarse en el marcador.
Quizá lo único que empañó la noche fue el divorcio que vive el atacante Chamagol con la afición felina, ya que cuando el jugador entró de cambio se llevó el abucheo de la gente, lo mismo cada vez que tocó el balón.
El resultado pone de manifiesto, por un lado que Barcelona es de un nivel muy superior al del futbol mexicano, y por otro, que Tigres está lejos de estar listo para el arranque del torneo, ya que logró sólo un triunfo en ocho juegos de pretemporada. Pero eso ayer quedó de lado.
El silbatazo al final de Armando Archundia dio paso a la entrega del trofeo conmemorativo en disputa, y a una tremenda ovación que fue acompañada por incontables flashazos en la tribuna, que despedía así al Barsa, a quien adoptó por tres días como huésped distinguido.
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