viernes, noviembre 10, 2006

Y aún no califican...

Tumultos en El Barrial provoca que un guardia de seguridad arroje gas lacrimógeno al público, dañando un matrimonio y su bebé.

La falta de previsión del Club Monterrey, originó un grave problema de seguridad, pues desesperado, un guardia lanzó gas lacrimógeno a una familia en El Barrial, y lo peor, que el niño Víctor Adrián Vallejo, de dos años de edad, fue víctima de este acto irracional.

Lo que ocurrió ayer en El Barrial, debe ser una alerta para la gente de pantalón largo.

Jorge Urdiales y Luis Miguel Salvador, directivos de Rayados, deben poner mayor atención a un rubro tan importante como es el de la seguridad.

Si la Pandilla se clasifican a la Liguilla o "Repesca", seguramente se desbordarán las pasiones entre la afición y si bien es verdad solamente hubo desorden, la situación puede salirse de control y generar alguna tragedia.

Miguel Herrera recriminó la acción del guardia e indicó que hablará con los dirigentes a fin que pongan mayor atención y haya mejor seguridad.

HABLA MADRE DE FAMILIA

Aun con los ojos llorosos por el gas lacrimógeno y voz entre cortada por lo sucedido a su bebé, la señora Yesenia Degollado narró los hechos.

"Dice el doctor que no es tan grave, que el gas no es tan fuerte como parece, que con lo que nos aplicó se le va a quitar, pero le arde mucho".

"Nosotros estábamos afuera, atrás de la reja, esperando a que viniera Jesús Arellano, y fue cuando el vigilante empezó a tirar el gas, yo tenía cargado al niño y esa persona que no debe estar más ahí, roció con gas a los muchachos que estaban ahí, pero no sé si a ellos les afectó, pero a mi hijo sí".

NI QUE FUERA SUPERMAN

Estaba solo. Su responsabilidad se degeneró al momento en que no tuvo más el control y la afición, en estampida, ingresó a las instalaciones.

Fue entonces que Miguel Herrera los conminó a comportarse y salir tranquilamente; los hinchas obedecieron al "Piojo" y se colocaron atrás de la reja.

"Está claro que por mayor capacidad que tenga, una sola persona no puede estar en todo".

El guardia que ayer custodiaba el acceso al Barrial, simplemente no tuvo la capacidad para contener a la masa y el control que tuvo en su momento se debilitó a tal grado que hizo uso de la irracionalidad en un acto de desesperación.
El Porvenir

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