Leandro Gracián acude a El Barrial, no entrena ni se cambia siquiera; se va hacia las oficinas del club, se reúne con directivos, y sale va más molesto de como llegó.
Con un semblante de suma molestia, Leandro Gracián abandonó las oficinas del club Monterrey la tarde de ayer, luego de sostener una reunión con su directiva, después de no haberse presentado a entrenar con el equipo en las instalaciones de El Barrial.
Por espacio de 30 minutos, Leandro sostuvo una plática con Jorge Urdiales y Luis Miguel Salvador presidente y vicepresidente del Monterrey, con el propósito de negociar su salida del conjunto rayado al club argentino Boca Juniors, pero la decisión ya está tomada el jugador no saldrá de la institución.
Mostrando un rostro desencajado el ex elemento de Vélez Sársfield salió de la oficinas del club, terminada la junta, pero sin dar declaraciones.
Una hora antes de la reunión, Gracián había acudido a el Barrial para pedirle a su técnico Miguel Herrera su autorización para ausentarse de la práctica, ya que quería platicar con la directiva.
Vistiendo un pantalón de mezclilla azul y chamarra café, a diferencia de sus compañeros quienes si portaban la ropa de entrenamiento, Gracián conversó alrededor de 10 minutos con “El Piojo” en el área de vestidores, para después retirarse del lugar, a bordo de su automóvil modelo audi 2007 en color negro, en el cual se dirigió a las oficinas administrativas del club.
A su salida del Barrial, “El Tano” se negó atender a la prensa, y sólo se limitó a decir “todavía no esta decidido nada”, respecto a sus intenciones de dejar el plantel albiazul, para emigrar al Boca.
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